Eyaculación precoz: Angustia por eyacular antes de lo deseado

¿Cuáles son las frases más frecuentes de las personas que vienen a consulta por un problema de “eyaculación precoz”? ¿Cuáles con sus mayores miedos y preocupaciones?

Muchos hombres acuden a Lasexologia.com preocupados por la denominada “eyaculación precoz”. Consideran que su tiempo de penetración es insuficiente o muy escaso, y realizan comentarios de este tipo:

“Me voy enseguida”, “no aguanto nada”, “no le doy tiempo a disfrutar”, “voy pensando que me va a volver a pasar… y ni disfruto”, “ya no tengo ni ganas… para que se repita lo mismo…”

La mayor parte de los hombres que se preocupan por esta cuestión, son heterosexuales. Aunque ocasionalmente acuden también algunos hombres homosexuales preocupados por un tiempo de eyaculación que consideran escaso.

Cuando se hace una evaluación más detallada, detrás de su preocupación por el tiempo de eyaculación, se encuentra que muchos de estos hombres en realidad están preocupados porque piensan que, si no “aguantan” el tiempo suficiente en la penetración, su pareja (frecuentemente, mujer), no disfrutará, no tendrá placer, y más concretamente, no tendrá orgasmos durante dicha penetración.

Algunos de estos hombres están preocupados porque no se sienten “amantes competentes”, piensan que no “cumplen” con su pareja, y viven su sexualidad con bastante frustración.

El problema para la mayoría de ellos, no es en sí el tiempo que dure la penetración, sino la idea de que la pareja (frecuentemente, mujer) no va a disfrutar. Es decir, es el placer de la mujer, en muchos casos, lo que preocupa a estos hombres.

También, al margen del placer de la pareja, a algunos les preocupa la imagen que piensan que están dando como amantes. Socialmente, se transmite la idea de que un hombre “que sea buen amante”, puede “aguantar” su eyaculación el tiempo que desee. Muchos, debido a esta idea, se ven a sí mismos como unos amantes poco competentes.

¿Qué temas suelen abordarse a la hora de trabajar con este tipo de insatisfacciones?

En primer lugar, habría que decir que el tiempo de eyaculación es variable en cada hombre, y que ningún hombre tiene un control total del mismo.  Por otro lado, la importancia que se otorga socialmente al tiempo de eyaculación en una pareja heterosexual, o dicho de otra forma, al tiempo que dure el coito, está basada en la creencia de que un coito largo equivaldrá a una sexualidad más placentera, y llevará al orgasmo a la mujer.

Ambas ideas son erróneas: coitos más largos no siempre equivalen a una sexualidad más placentera. Y desde luego, no aseguran el orgasmo femenino, puesto que en el orgasmo femenino es esencial la estimulación del clítoris, que, como sabemos, no se localiza en la vagina, sino fuera de ella, y que se estimula más fácilmente con las manos o la boca que durante el coito.

En el caso de los hombres homosexuales preocupados por la eyaculación, también pesa la idea de que penetraciones más largas equivalen a más placer (algo que en numerosas ocasiones, no es cierto). Y por supuesto, el temor a que la otra persona lo rechace por este motivo (algo que en numerosas ocasiones, tampoco sucede). A veces, hay expectativas poco realistas y muy exigentes, detrás de estas preocupaciones masculinas.

Por otro lado, en cuanto al placer en general, muchas personas disfrutarían más en su sexualidad si dejaran de prestar tanta atención a los genitales, y prestaran algo más al resto del cuerpo.

Si se concibe la sexualidad como un menú muy variado, cada pareja se siente libre de “poner en la mesa” y disfrutar, los platos que en realidad sean de su gusto, siendo la penetración sólo una de las posibilidades. Esta idea suele ser liberadora para muchos hombres, que dejan de presionarse para que “su pene sea lo suficientemente grande, se ponga en erección fácilmente, y aguante el tiempo que haga falta”.

En nuestra opinión, esta sería la base inicial para el trabajo con hombres o parejas insatisfechas con el tiempo de eyaculación, por considerarlo escaso. Después se pueden trabajar muchas más áreas:

  •  Se analiza si el hombre acude nervioso y ansioso a la relación coital o genital, porque esto acelera el tiempo de eyaculación en algunos casos. En esta situación, se trabaja la ansiedad para reducirla, lo cual en muchos casos aumenta espontáneamente el tiempo de eyaculación.
  • Se analiza también la relación de pareja (si hay pareja). Muchas veces, mejorando ciertas áreas de la relación de pareja, también mejora la sexualidad.
  • Se facilita que la pareja amplíe el “repertorio erótico” incorporando o valorando relaciones eróticas (que incluyan todo el cuerpo), o genitales (sexo oral, masturbación compartida…), alternativas a la penetración, que a veces son también fuente de placer y satisfacción y que en muchos casos también suelen facilitar el orgasmo.
  • Se propicia que el hombre (y la pareja) acudan relajados y abandonados a los encuentros eróticos.
  • Se mejora la comunicación a todos los niveles, también en lo relativo a la sexualidad.

Y por último, también existen ejercicios que en muchas ocasiones facilitan que aumente el tiempo de eyaculación en el hombre, y que inicia el varón en solitario, y después se entrenan en pareja (en “equipo”). No obstante, estos ejercicios, en Lasexologia.com, se suelen entrenar después de un trabajo previo, que es cuando ofrecen mayores resultados, y cuando el tiempo de eyaculación es vivido de forma más relajada en la pareja (cuando aumentar el tiempo de penetración es más una cuestión de enriquecimiento erótico, que una cuestión absolutamente imprescindible en la vida erótica).

 En Lasexologia.com tenemos amplia experiencia en el trabajo con parejas con dificultades relacionadas con la erección, la eyaculación, el deseo… CONSULTANOS.

 

 

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