Sexualidad y diversidad funcional: La necesidad de referentes que amplíen nuestra mirada sobre los cuerpos y el erotismo

Pese a que en los últimos años ha habido un gran avance en la atención al tema de la sexualidad en personas con diversidad funcional o discapacidad, todavía sigue siendo un asunto pendiente. La visión que tienen muchas personas con diversidad funcional es que tanto su sexualidad como su persona, siguen siendo invisibles. Hemos aprendido que la sexualidad solo le pertenece a unos determinados tipos de cuerpos, así que muchas personas por edad o por discapacidad no encajan, y la sociedad les ha sacado del cajón de la sexualidad.

Sin embargo, el colectivo de personas con diversidad funcional se ha empeñado en hacer lo posible para romper con eso, y, es más, nos está dando lecciones a les normotípiques (es decir, personas que no tenemos diversidad funcional), de cómo se puede disfrutar la sexualidad de una manera más amplia, más global.

En el año 2015 se estrenaba el documental: Yes, we fuck”, un documental sobre sexualidad en personas con diversidad funcional a través de historias reales. Viéndolo, aprendí que lo que hace sexy algo no es la forma del culo o de las tetas. Aprendí que para vivir la sexualidad necesitas imaginación, y que a veces para poder disfrutar de tu sexualidad y vivirla a tu manera, necesitas apoyos. ¿Acaso esto difiere de lo que buscamos y/o vivimos las personas sin diversidad funcional? Mi respuesta es no.

Para vivir la sexualidad necesitamos un cuerpo, pues es ahí donde ocurre todo, y un cerebro, que es el órgano sexual más importante. Con esto, ya bastaría. Pero… ¿realmente bastaría?. Ojalá fuese así de sencillo. Pero vivimos en una sociedad que valora unos cuerpos por encima de otros, y se presupone que “tienes o no sexualidad” en función del cuerpo que tengas.

Pensamos que los cuerpos con diversidad funcional no tienen la capacidad de dar y recibir placer. Seguimos creyendo que el sexo, o una relación sexual, es practicar un coito, por tanto hay muchos cuerpos con diversidad funcional que se quedan fuera.

Una pregunta muy indiscreta pero muy habitual en hombres con lesiones medulares es: “¿y tú cómo lo haces, si no sientes ahí nada?”. No sentir nada en el pene no significa que no sientas nada durante una relación sexual. Tampoco hace falta eyacular para sentir un orgasmo, o placer. Una relación sexual también va mucho de olores, de miradas, de complicidad, de estar desnude y sentir el calor de la otra persona, de compartir esa intimidad y ese momento especial con otra u otras personas. Sin embargo, qué poco valor le damos a todo esto cuando podemos hacer sexo convencional, ¿no?

Una de las ventajas que le encuentro a acudir a una consulta de sexología, es que no solo sales sin esa dificultad por la que viniste (en muchas ocasiones), sino que además, en muchos casos, te llevas una mejoría en tu sexualidad en general, una mayor riqueza erótica, de regalo. En muchas de las demandas sexológicas tenemos que usar la prohibición de la penetración como herramienta terapéutica (tanto en parejas heterosexuales, como homosexuales). ¿Y qué creéis que ocurre cuando se quita la penetración del medio? Pues en la mayoría de casos, las personas se obligan a usar su imaginación y empiezan a descolonizar los genitales, para darle protagonismo a otras sensaciones corporales, a usar la fantasía. Y, ¿esto no es lo que valoran algunas personas con diversidad funcional en sus encuentros eróticos?

En un mundo ideal sería genial que no hubiese cuerpos de primera y cuerpos de segunda. Prácticas de primera y prácticas de segunda. Pero parece que de momento, nos cuesta ver que hay vida más allá del coito. Todavía las personas con diversidad funcional tienen que reclamar su derecho a estar en el terreno de juego de las sexualidades, a reivindicar que su cuerpo es deseante y puede ser deseable para otras personas con o sin diversidad funcional. Y la verdad que es una pena no tener otros cuerpos y otras formas de vivir la sexualidad como referentes. Tendríamos una sexualidad mucho más rica, más consensuada y seguro que más divertida.

Imagen ©@alecarmonafoto

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