Una idea muy extendida es que planificar las relaciones sexuales es muchísimo peor que el sexo que surge de manera espontánea. Pero ¿realmente es tan malo agendar el sexo? ¿De dónde viene esta idea?
Muchas personas piensan que el sexo espontáneo, el que surge de la nada, es mejor. Se suele describir como sexo más pasional, pero ¿qué elementos son necesarios para que exista esa pasión? ¿Cómo se define la pasión, de manera individual o colectiva? Pese a que cada persona tiene su propia definición, cuando preguntas en consulta a personas que no están satisfechas sexualmente en pareja, no saben decir exactamente qué es, pero enseguida relatan escenas que han visto en películas o series: amantes que en cuanto se ven se empiezan a besar y van a la cama, cuerpos moviéndose bruscamente, juego de miradas…Escenas que se asocian a un deseo espontáneo, que es más frecuente en las personas en la fase de enamoramiento. Pero ocurre que el enamoramiento se pasa, y a partir de ahí, hay muchas personas, sobre todo mujeres cis heterosexuales, que empiezan a funcionar con otro tipo de deseo que ya no surge, si no que hay que trabajarlo. Un deseo que se inicia como respuesta a la estimulación y el contacto, o después de sentir mucha conexión emocional con la pareja. En este artículo mi compañera María de Elena lo explica muy bien.
Por tanto, es bastante habitual pensar que ya no tienes deseo si no surge de manera espontánea, si después de años de relación, no te dan ganas de besar con lengua y llevar a la cama a tu pareja, en cuanto entra por la puerta de casa. La rutina, el día a día, construir la relación habiendo pasado el enamoramiento, hacen que el deseo funcione de manera distinta, pero que sea diferente, no significa que sea peor que antes, o que no exista.
Si lo pensamos, no hace falta tener una relación de pareja de años, para tener relaciones sexuales planificadas. Muchas veces, las personas alosexuales*, cuando estamos conociendo a alguien o cuando tenemos relaciones de pareja a distancia, y quedamos con esa persona, sabemos o damos por hecho, que tendremos relaciones sexuales. No pensamos que estamos planificando ese encuentro, pero realmente es así. ¿Y eso le quita gracia? No ¿verdad?
Por todo ello, agendar encuentros eróticos, es una buena idea para hacer la rutina más atractiva, para dejar un espacio donde los cuerpos puedan divertirse. Muchas veces si no lo hacemos así, no surge, y esto sí que es un problema. Esperar a que a tu pareja “le entren ganas” si su deseo no funciona desde la espontaneidad, nos puede a llevar a sentimientos de frustración y/o baja autoestima: ¿Será que ya no le gusto? Incluso puede generar dinámicas de pareja donde una persona sienta que ejerce presión en la otra, y no se atreva a mostrar su deseo por miedo a ser rechazada.
Una buena idea es pensar momentos del día, o del fin de semana, donde sepamos que se tendrá el tiempo y el espacio para tener relaciones sexuales. Sabemos que cuando hay criaturas dependiendo de la edad, es más difícil, pero no imposible. Por ejemplo, cuando duermen la siesta el fin de semana, dejarlas en casa de algún familiar unas horas, etc.
Pensar que tal día, a tal hora, vamos a tener un encuentro íntimo hace que hasta que llegue el momento, puedas pensar en ello. Tu cerebro se activa, se pone en clave erótica mucho antes de que ocurra, se alimenta la fantasía, incluso la creatividad. Para algunas personas y parejas, es muy excitante preparar ese momento: ¿qué me voy a poner? ¿me llevo algún juguete? ¿preparo la habitación de alguna manera? ¿qué me gustaría que pasara?… Dice la sexóloga Arola Poch que, si organizamos fiestas, se puede planificar el sexo. Que muchas veces vamos sin muchas ganas a una fiesta, pero que después una vez estando allí, con la gente, la música… nos animamos y lo pasamos fenomenal. Pues con las relaciones sexuales es lo mismo.
Y ¿qué pasa si llega el momento y no me apetece? Habrá que pensar qué es lo que no te apetece. A lo mejor te apetece estar desnuda con tu pareja, haceros un masaje y ya. O estar en la cama charlando, haciéndote algunas caricias y que se quede ahí. O quizás empezáis así, y termináis haciendo más prácticas sexuales, porque a medida que habéis ido intimando, el deseo se ha despertado. También puede que llegue el día y no quieras hacer nada sexual o erótico, y lo aplazáis a otro momento.
Es un mito por tanto que sea peor el sexo planificado. En realidad, no es ni mejor ni peor si lo agendamos. Será mejor o peor en función de lo que pase en ese encuentro, y eso depende de los amantes, no del calendario.
*Alosexual: una persona alosexual es alguien que experimenta atracción sexual hacia otras personas (independientemente de si es heterosexual, homosexual, bisexual…)
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