Hoy es el Día Internacional de los derechos de la Infancia. Soy consciente de la importancia que tiene la educación sexual y también se que la educación sexual tiene sentido desde la infancia, desde el principio. Niños, niñas, niñes tienen derecho a la educación sexual pero este derecho no siempre está garantizado. La gran mayoría de colegios, no incluyen en su programa la educación sexual, que queda relegada a lo sumo, a la buena voluntad de docentes y a una o dos sesiones a finales de primaria muchas veces centradas en la reproducción, anticoncepción, prevención de consecuencias no deseadas. Madres y padres hacemos lo que sabemos y podemos en casa, porque la mayoría sabemos que es un tema esencial y queremos hacerlo lo mejor posible pero muchas veces faltan claves y hay dudas sobre como hacer. La educación sexual en la etapa infantil debe ser una labor compartida entre familias y coles. Porque la educación sexual no solo consiste en saber poner un preservativo, es mucho más que eso. Y, además, ¿sabías que es imposible no hacer educación sexual? Cuando no se habla, también se está haciendo educación sexual.
Sabemos además que en centros educativos la identidad, expresión de género y orientación sexual son aspectos que hacen más vulnerables a algunas niñas-niños-niñes /chicas-chicos-chiques a sufrir bullying y acoso escolar. También sabemos que el primer contacto con el porno se sitúa en torno a los ¡8 años! El porno aparece, aunque no se busque. El porno llega a unas edades en que no hay criterios para interpretar, sobre todo si encima la educación sexual recibida ha sido escasa (o nula).
Es urgente que la educación sexual, que ya es un derecho, se convierta en una realidad para todas las criaturas. La educación sexual de calidad, hace a las personas más felices, más capaces de relacionarse de forma igualitaria y satisfactoria, ofrece recursos para cuidarse y cuidar y para considerar que la diversidad es un valor y que nos enriquece.
Por eso, pido un deseo. El derecho de las criaturas a la educación sexual ya está, ahora falta que se convierta en realidad. Es tarea de coles también ponerse las pilas en esto, porque las familias (la mayoría) estamos en ello.