La sexualidad es un aspecto que se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida; desde el nacimiento, y que se va configurando a través de los aprendizajes, información y mensajes recibidos en diferentes ámbitos: la familia, la escuela, grupo de iguales, amistades, medios de comunicación y actualmente también las redes sociales.
Como está presente desde el nacimiento, la educación sexual tiene sentido desde la infancia, etapa en que los principales agentes de influencia en nuestras criaturas somos las familias y la escuela.
Desde las familias deseamos acompañar a nuestras criaturas en todas las facetas de su desarrollo, y cada vez tenemos mayor consciencia de la importancia de hacer educación sexual, pero nos suelen surgir dudas acerca de algunas cuestiones (cuándo empezar, cómo hacer, de qué hablar, como contestar a sus preguntas, que significa que se “toquen” y que hacer…) Dudas naturales: Estamos siendo las primeras generaciones de madres y padres que queremos hacer educación sexual de la buena, pero sin embargo la mayoría de nosotrxs no la recibimos en nuestra infancia ni adolescencia, de modo que ¡NO TENEMOS REFERENTES!, aunque SI MUCHA MOTIVACIÓN Y GANAS DE HACERLO.
El derecho a una Educación Sexual Integral (ESI), es claramente reconocido por parte de Organismos Internacionales (ONU, FPFE).
Si nos centramos en la etapa infantil, los principales agentes para la educación sexual son la familia y la escuela. La educación en casa y en la escuela tendrían que ir de la mano, porque una y otra contribuyen (o pueden hacerlo) desde planos diferentes y complementarios. PERO AMBOS NECESARIOS.
PERO ¿EN QUÉ CONSISTE HACER EDUCACIÓN SEXUAL?
Aunque cada vez menos, todavía algunas madres y algunos padres creen que es mejor “esperar” un poco antes de hacer educación sexual, o que es mejor “empezarla” en las etapas cercanas a la pubertad. Esto puede deberse a que algunas personas aún no tienen claro lo que es – y lo que no es – la educación sexual. Me gustaría aclarar algunas cosas al respecto:
o La educación sexual se hace inevitablemente, se quiera o no… No es posible no educar, porque con el silencio, no hablando sobre sexualidad, también se educa, se transmiten actitudes. Y seguramente no es esta la educación sexual que queremos para nuestras criaturas. ¿Verdad?
o La educación sexual no consiste – solo – en aprender a prevenir embarazos no planificados o infecciones de transmisión genital, ni aprender a poner condones. Todo lo anterior, forma parte, pero no es el todo de la educación sexual. Hay más cosas. MUCHAS MÁS.
LA EDUCACIÓN SEXUAL TIENE QUE VER CON…
- Afectos.
- Aprender a sentirse valiosxs y merecedorxs de afecto: queridxs y queribles
- Aprender a expresar afecto
- Aprender a sentirse segurxs y cómodxs en situaciones de proximidad afectiva y de intimidad
- Aprender a respetar
- Conocer la diversidad familiar, corporal, sexual, afectiva, relacional…
- El buen trato
- Aprender a expresar los propios deseos, aunque no sean lo que lxs demás esperan de nosotrxs, lo que nos gusta y lo que queremos
- Tener en cuenta los deseos de lxs demás y negociar cuando no coincidan
- Conocerse (y conocer a lxs demás)
- Aceptarse (y aceptar a lxs demás)
- Aprender a disfrutar
- Ver al otro-otra como un-una igual
…
La educación sexual tiene que ver con todo esto, y con más cosas. Por eso, cuanto antes empecemos, MEJOR.
Ilustracion de Olga de Dios. www.olgadedios.es | @olgadedios_