Cambios en los genitales durante el embarazo

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta profundos y diversos cambios. Se habla con frecuencia de estos cambios y sus consecuencias, pero a veces, las mujeres saben poco (o nada) de la transformación que pueden experimentar sus genitales durante esta etapa, y de cómo pueden contribuir a cuidarlos.

Hemos comentado en anteriores post que muchas mujeres tienen dificultades para conocer sus genitales, mirarlos, distinguir las partes que los forman (sus nombres y función), y aceptarlos e incluso quererlos, como fuente de placer y satisfacción que son. En la etapa del embarazo, nos encontramos con que muchas mujeres evitan observar sus genitales al encontrar que ha variado su olor, coloración, o aspecto, percibiéndolos extraños y mostrando rechazo por los mismos. Y algunas de las que los observan, lo hacen con preocupación, preguntándose: “¿será normal que estén más hinchados? ¿no están muy oscuros? ¿por qué tengo ahora tanto flujo?”. El pudor hace que muchas mujeres no formulen estas preguntas en las revisiones del embarazo, y las y los profesionales que las atienden con frecuencia no mencionan estas cuestiones.

Por ello, consideramos de interés dedicar el presente post a algunos de los cambios que experimentan los genitales durante el embarazo, para que la mujer pueda familiarizarse con los mismos y vivirlos con tranquilidad, sin ansiedades innecesarias, como una parte más de las transformaciones que experimenta su cuerpo.

Algunos de estos cambios son:

  • Debido a un aumento del flujo sanguíneo, se produce una alteración en la coloración de la piel y en las mucosas genitales que tienden a adoptar un tono más oscuro (más violeta, o tirando a azul o rojo oscuro). Tras el nacimiento del bebé, la coloración vuelve a su estado original, aunque es necesario mencionar que en algunas mujeres se mantiene un tono más oscuro aún después del parto.

  • Aumenta la lubricación vaginal, a veces con cambios también en la textura del flujo, cambios en el olor del mismo, y un pH más ácido. Algunas mujeres embarazadas comentan que sienten humedad constante en la zona genital.

  • La mayor vascularización de los genitales hace que aumente también la sensibilidad. Para algunas mujeres esto se traduce en sensaciones más agradables, especialmente en el primer y segundo trimestre.

  • Y se produce una mayor congestión de la zona. Muchas mujeres sienten sus genitales prominentes e hinchados, especialmente los labios mayores y menores.

  • Un pequeño porcentaje de embarazadas puede presentar venas varicosas (varices vulvares) en sus genitales, que frecuentemente desaparecen unas semanas después de dar a luz.

  • Suele aumentar el vello de la zona genital, algo que suele también volver a la normalidad tras el parto.

  • Cambios en la excitación y el orgasmo: es interesante mencionar que algunas mujeres, durante el tercer trimestre de embarazo, y conforme este avanza, comienzan a sentir que disminuye su excitación sexual, y que las caricias en los genitales, ya sean propias o de la pareja, producen sensaciones placenteras de menor intensidad. Se suele relacionar este hecho con un aumento ya notable de la congestión genital, tanto de la vagina y el clítoris, como del conjunto de la vulva, debido a que aumentan el peso y el tamaño del feto y además el feto se prepara para el parto y se encaja. Esta disminución de la excitación se relaciona también con que muchas mujeres experimenten una disminución de la intensidad del orgasmo y/o de su frecuencia en este último trimestre. Pero estos cambios no se dan en todas las mujeres, ni de la misma forma, existiendo mujeres que no experimentan disminución alguna en su excitación o en la intensidad de sus orgasmos, y otras que ven aumentada su sensibilidad incluso en el tercer trimestre.

No querría acabar este post sin animar a las mujeres embarazadas que lo leen, a mirar, conocer y cuidar sus genitales también durante esta etapa, y no solo sus genitales, sino el conjunto de su sexualidad.

Una primera recomendación sería que, si la mujer experimenta otro tipo de cambios en sus genitales, como un flujo sanguinolento, con olor excesivamente fuerte, o un color infrecuente (verdoso o amarillo…), un picor importante en los genitales, dolor al orinar o durante las relaciones de penetración, sería aconsejable que acudiera al médico.

Y algunas de las formas en que la mujer puede cuidar sus genitales durante esta etapa son: realizar ejercicios para mantener en forma el suelo pélvico, y el masaje perineal como forma de aumentar la elasticidad de los tejidos durante el parto.

Buscar y propiciar el orgasmo (ya sea en las relaciones sexuales con otra persona o en la masturbación a solas) es una buena forma de mantenerse en contacto con el erotismo propio, y mantener en forma los músculos del suelo pélvico, algo que ayudará tanto en el parto como en el postparto.

Y por último… conviene no olvidar que la sexualidad va mucho más allá de lo genital, del orgasmo y de las prácticas coitales. El orgasmo es sólo un tipo de placer erótico, siendo muchos otros posibles. Todo el cuerpo puede producir placer y existen muchas formas de relacionarnos eróticamente: las caricias por todo el cuerpo, los masajes, los mimos, los recorridos sensuales por la piel de la pareja son formas de expresión erótica extremadamente placenteras para muchas personas y que suelen ser muy agradecidas en esta etapa en la que el cansancio, las molestias físicas o las preocupaciones suelen estar más presentes.

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