La maternidad es un fenómeno muy complejo. Y como tal, no se puede estandarizar, pues tiene sus matices. Muchas mujeres la desean, otras la descartan. Algunas la buscan desesperadamente y con dificultad, otras han de renunciar a ella por motivos ajenos a su voluntad , otras tantas la encuentran sin buscar, otras muchas (y esto cada vez más) apuran tanto su treintena en proyectos, desarrollo de su vida personal y profesional…, que llegan a los cuarenta y… queriendo ser madres pero con poco margen y muchas dificultades, y pensando ¡por qué no me habré puesto antes a ello!
Y seguro que me dejo muchos más casos y realidades en el tintero.
Y sobre la maternidad buscada y deseada, también hay muchos, pero que muchos matices. Hay quienes la persiguen y cuando la consiguen, descubren que no es lo que esperaban… O quienes pese a lo maravilloso de tener ese bebe que tanto han buscado, se les hace un poco (o muy) cuesta arriba. O a quienes les parece que no es lo que creían… Y aquí podría continuar largo y tendido, porque las formas de vivir la maternidad son tan diversas que no caben en un solo post.
Ninguna mujer tiene el discurso absoluto acerca de la maternidad, porque cada mujer tiene su propia vivencia personal, y esto es indiscutible. Las mujeres somos diversas, como también lo es la vivencia de su maternidad. Admitir que no todas las vivencias de la maternidad son “idílicas”, que tienen sus claroscuros, sus dudas, sus flaquezas, no significa no querer a tus hijos o hijas, o ser malas madres. Y creo que visibilizar todos estos discursos nos beneficia como mujeres.
Ayuda a no sentirnos solas, inadecuadas o juzgadas si nuestra forma de ser madres no encaja con el discurso oficial.
Ana Belén Carmona Rubio
Psicóloga y Sexóloga