El verano… ¿un tiempo para reencontrarse con la pareja?
Los datos reflejan que un 28% de los divorcios en España se producen en verano, según estadísticas del Consejo General del Poder Judicial. En el mes de septiembre, el número de separaciones y divorcios que se registran en los Juzgados de Familia es el mayor de todos los meses del año. Un reciente estudio sociológico ha encontrado que no es una tendencia presente únicamente en España, sino que podemos encontrarla también en EE.UU., donde los divorcios y separaciones se disparan en agosto (Brines y Serafini, 2016).
Dado el número de parejas que consulta a los centros de sexología en los meses de septiembre y octubre por problemas de pareja, cabría preguntarse si el verano es una época especialmente difícil para las parejas estables, en lugar de ser (como frecuentemente se espera), un tiempo en el que reencontrarse y fortalecer la relación.
Lo cierto es que para muchas personas, el verano sí que es un tiempo de reencuentro con la pareja. Hay más tiempo libre, se disfruta de actividades divertidas y poco habituales, generalmente las personas están más descansadas y relajadas, hay ocasión de coincidir con familiares y amistades y disfrutar de su compañía, y se sale de la adormecedora (y ocasionalmente agotadora) rutina.
Entonces… ¿qué sucede con algunas parejas que discuten más de lo habitual precisamente en verano?
Si la pareja discute más de lo habitual en verano, muy probablemente se deba a que ya arrastraban una serie de conflictos sin resolver de épocas anteriores, que se ponen de manifiesto, e incluso se incrementan, en estos momentos en los que ambas personas realmente coindicen, y tienen tiempo para interaccionar y comunicarse.
Los conflictos latentes.
No hay pareja que esté absolutamente libre de conflicto. Por muy buena que sea la relación, siempre hay algún área problemática o algún tema recurrente que causa dificultades. La mayoría de las parejas aprenden a convivir, tolerar y gestionar estas parcelas problemáticas, y potenciar y disfrutar las partes más satisfactorias de su interacción.
Sin embargo, esta parte conflictiva puede resultar excesiva en algunas parejas, que se ven superadas por las discusiones interminables, los desencuentros sin resolución constructiva, y el ambiente tensionado y desagradable, a veces angustioso, que se genera.
Muchas personas aprenden, en su vida diaria, a posponer estos conflictos, o a tratar de taparlos o ignorarlos. El trabajo, las obligaciones personales y familiares, las hijas o los hijos, el cansancio acumulado, las preocupaciones… no dejan mucho espacio para el diálogo tranquilo y sereno sobre los desencuentros, o para buscar nuevas fórmulas de convivencia. No es infrecuente que la pareja coincida muy poco tiempo en casa, y cuando lo hace, esté resolviendo temas urgentes de intendencia familiar.
Pasan los días y pasan las semanas y muchas parejas siguen adelante sin resolver dificultades graves que les aquejan, y sin ponerlas tampoco encima de la mesa.
Y entonces llega el verano. Y hay tiempo suficiente para ver a la otra persona, para encontrarse, dialogar, negociar, disfrutar juntos… y también para hablar de los problemas que se venían arrastrando todo el año. Si dichos problemas eran graves, no es extraño que estalle una crisis (o tal vez, se pone de manifiesto una crisis ya existente).
En el verano no todo son ventajas para la vida de pareja.
A lo anterior a veces se añaden elementos que agravan la situación:
– La convivencia con familiares de una u otra parte puede ser un elemento de cohesión y apoyo o todo lo contrario.
– La pareja con problemas importantes puede tener todas sus esperanzas puestas en el periodo vacacional. Aguanta todo el año pensando que, cuando pasen más tiempo juntos, sin tanto estrés y tantas obligaciones, les irá mejor, y al comprobar que es justo lo contario, entran en crisis.
– El cambio en la rutina, que tanto beneficia a algunas parejas, parece perjudicar a otras que no logran negociar de forma óptima. Decidir las actividades, en qué invertir el tiempo juntos, redistribuir las cargas familiares y domésticas, el tipo de ocio que se prefiere… ocasiona múltiples puntos potenciales de fricción.
– Las parejas que tienen frecuentes desencuentros cuando hablan, las que “no se entienden” (las que sufren los denominados “problemas de comunicación”), suelen ver agravadas sus dificultades en el verano, precisamente porque se comunican más (o lo intentan).
Y un apunte sobre la sexualidad: el tiempo vacacional supone una mejora de la vida erótica para muchas parejas, pero no para todas. Como hemos comentado antes, si había problemas importantes no resueltos (en este caso, problemas sexuales o de la erótica compartida, y también la expectativa de que el relax del verano, y la oportunidad de coincidir más, lo resolverían todo, el comprobar que las dificultades sexuales se mantienen e incluso se agravan en verano puede ser la gota que colma el vaso.
Las crisis son también oportunidades: el abordaje sexológico de los problemas de pareja.
No todas las crisis son negativas. A veces, suponen la oportunidad de sacar a la luz y de mejorar parcelas de nuestra existencia que estaban funcionando realmente mal.
Por tanto, estas crisis de verano son también oportunidades para muchas personas que se encuentran en realidad infelices en sus relaciones de pareja. Oportunidades para lograr el impulso necesario para una ruptura y su consiguiente duelo, pero también excelentes oportunidades para trabajar en equipo de cara a mejorar dicha relación, por ejemplo iniciando una terapia de pareja.
Las sexólogas y los sexólogos trabajamos frecuentemente orientando a las parejas en crisis o con dificultades, para que logren la mejor versión posible de su relación. Si quieres información sobre nuestro centro de sexología en Madrid, nuestros precios, o deseas pedir cita, contacta con nosotras/os.
Bibliografía y webgrafía del artículo:
Consejo General del Poder Judicial (2015-2018). Estadísticas de nulidades, separaciones y divorcios. Madrid, España.
Brines, J. y Serafini, B. (2016) Is divorce Seasonal? UW research shows biannual spike in divorce filings. University of Washington News. Washington.