MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA (MGF)
Motivos para su práctica
CONOCER LOS MOTIVOS ES LA BASE PARA DIALOGAR
Conocer los motivos por los que se sigue practicando la MGF resulta necesario para poder abordar, como profesionales, el tema con las personas y las familias de riesgo, y realizar intervenciones con el objeto de atender, sensibilizar, educar y prevenir nuevos casos. Un punto que no debemos perder de vista es que cuando se practica la MGF a una niña o a una mujer, se suele hacer en la convicción de que la práctica la va a beneficiar de algún modo. Conocer los argumentos más frecuentes que se usan para justificar la MGF nos va a facilitar el diálogo. Y el diálogo es el primer paso para establecer una relación de confianza que permita desmontar algunas falsas creencias que sustentan su realización. Algunos de los motivos para su realización son:
PESO DE LA TRADICIÓN
Para aquellos grupos y etnias practicantes de la MGF, ésta es una práctica de gran tradición, y éste es, en sí, un valor de peso que sustenta su realización y complica enormemente su erradicación. Perpetuar las tradiciones permite aumentar el sentimiento de pertenencia a un grupo. Y, en este sentido, en los grupos en los que es una tradición realizar la mutilación, el “no realizarla” tiene un gran coste personal, familiar y social. Aquellas mujeres que no la tienen practicada, no son aceptadas como esposas, y esto supone el aislamiento social, el rechazo y la soledad, en una sociedad en la que el valor de una mujer depende en gran medida de si está casada y del número de hijos e hijas que tiene. El que una mujer no se encuentre mutilada es motivo para devolverla a su familia de origen, reclamando en ese caso la dote que ha pagado por ella la familia del futuro esposo, quedando pues más empobrecida la familia de la mujer.
LIMPIEZA, HIGIENE O BELLEZA DE LOS GENITALES FEMENINOS
La consideración de que los genitales femeninos son algo “sucio” y feo, y de que una mujer “cortada” es una mujer más “limpia”, es otro de los motivos de su realización. De hecho, por este motivo, en algunos lugares se denomina “purificación” a la MGF. Además, existe la creencia de que si el clítoris no se corta, crecerá de manera exagerada (hasta llegar a alcanzar el tamaño de un pene), pudiendo incluso dañar al hombre en las relaciones coitales, y al bebé en el nacimiento. También es habitual la creencia de que gracias a la MGF, mejora la fertilidad de la mujer. Dado que la fertilidad es un bien muy preciado en estas culturas, resulta un motivo de gran peso para perpetuar su realización.
PESO DE LA RELIGIÓN
El peso de la religión puede ser un motivo por el que algunos grupos sustenten la ablación. Lo cierto es que ninguna religión justifica, ni alienta, a la realización de esta práctica, pero en ocasiones puede haber cierta confusión al respecto, dado que se ha venido asociando (erróneamente) la práctica de la MGF con la religión musulmana.
CONTROL DE LA SEXUALIDAD
Uno de los motivos de mayor peso y que con mayor frecuencia es argumentado es el del control de la sexualidad de la mujer. Esto es, el control de su deseo sexual, para asegurar su fidelidad. Bajo este argumento, una mujer “cortada” es una mujer que va a permanecer fiel a su marido, y asegurar así la paternidad de sus hijos. Con frecuencia, cuando se trabaja con mujeres africanas subsaharianas de etnias que la practican, nos encontramos con afirmaciones del tipo “es necesario cortar para demostrar a los suegros de la niña que va a ser una buena esposa”, “así tu suegra no podrá jamás decirte que los hijos que tienes no son de tu marido”. Piensan que si una mujer no “está cortada”, “será más ardiente y por tanto irá detrás de todos los hombres”, “no se controlará”.